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  Hallan Agua en la Luna...
 

Una sonda espacial de la NASA encontró ayer hielo en pequeños depósitos naturales, a través de miles de kilómetros cuadrados, en ambos polos de la Luna.

La presencia de agua congelada, descubierta por la sonda Lunar Prospector, respalda los planes para establecer en el satélite natural de la Tierra una base permanente como estación de abastecimiento. El oxígeno podría ser utilizado para respirar y el hidrógeno como combustible de cohetes.

En el ambicioso proyecto de la NASA participa como investigador principal en el área de campos magnéticos el argentino Mario Acuña, astrofísico con más de treinta años de experiencia en la agencia espacial de los Estados Unidos.

Cautela

El científico, como el resto de sus colegas, muestra cautela en el momento de evaluar la trascendencia de un hallazgo que despertó interés y expectativa en todo el mundo: "Hay que acumular los datos obtenidos durante muchas órbitas y luego ver qué quieren decir. No es precisamente como tomar una fotografía y decir: ahí está el agua".

Los investigadores especulan con la posibilidad de que el agua congelada de los cometas se haya acumulado en los cráteres de los polos lunares, permanentemente protegidos del sol.

La sonda, que se situó en órbita alrededor de la Luna en enero último, es un pequeño artefacto de 1,2 metro de diámetro y 295 kilos de peso, valuada en 63 millones de dólares.

Los datos que transmite a la Tierra permiten a los científicos analizar la composición de la superficie lunar y medir la gravedad y las cualidades magnéticas.

Se trata de la primera misión que la NASA envía a la Luna en más de 25 años, desde que los astronautas de la célebre Apolo 17 caminaron sobre la superficie del satélite, en 1972. Pág. 2

Un descubrimiento que invita a soñar

La certeza de la existencia del líquido vital abre la posibilidad de que en el futuro pueda ser colonizado el satélite terrestre.

WASHINGTON.- La sonda espacial de la NASA Lunar Prospector detectó ayer la existencia de pequeños depósitos de hielo debajo de la superficie de los polos de la Luna, lo que podría ser inmensamente útil para eventuales colonias humanas, ya que los astronautas podrían separar sus componentes para producir combustible y ayudar a establecer y mantener complejos residenciales.

Funcionarios de la NASA dijeron que la sonda, que lleva un mes estudiando el satélite, detectó el hielo en pequeños depósitos a través de miles de kilómetros cuadrados de los dos polos.

Alan Binder, principal investigador en el proyecto de la Lunar Prospector, dijo en un comunicado que la sonda había detectado "el tipo de datos que uno esperaría encontrar si existe hielo de agua".

Este descubrimiento confirma las observaciones realizadas en 1996 por el satélite Clementine del Departamento de Defensa, que había detectado en el polo sur lunar un depósito de hielo, "presuntamente de un pequeño lago o de un mar" y con una profundidad que oscilaría entre los tres y los treinta metros.

La sonda llegó a la órbita lunar en enero para iniciar la primera misión a la Luna desde que los astronautas del Apollo XVII caminaron sobre la superficie del satélite en diciembre de 1972.

63 millones

La Lunar Prospector, parte del programa de exploración de la Dirección Nacional sobre Aeronáutica y el Espacio (NASA), es un pequeño artefacto de 1,2 metro de diámetro y 295 kilos de peso valorado en 63 millones de dólares.

La sonda lleva instrumentos que pueden detectar partículas alfa, rayos gama y neutrones, y un equipo de radar. Los datos que transmite a la Tierra permiten a los científicos analizar la composición de la superficie lunar, medir la gravedad y cualidades magnéticas.

Una de sus principales misiones es utilizar un espectómetro de neutrones para rastrear la superficie lunar en busca de evidencias de hidrógeno, que permitan confirmar las teorías de que las regiones polares podrían contener hasta mil millones de toneladas de hielo de agua.

Los científicos han especulado con la posibilidad de que el agua congelada de los cometas se haya acumulado dentro de los cráteres en los polos de la Luna, que están permanentemente protegidos de los rayos solares.

Evidencia firme

"Mientras que la evidencia de que hay agua congelada es bastante firme, la señal del agua en estado líquido, captada por los instrumentos de la nave, es bastante débil", dijo William Feldman, investigador del Departamento de Energía que participa en el proyecto lunar.

"Los datos dan a entender que hay agua congelada en concentraciones muy reducidas a través de una gran cantidad de cráteres diseminados por miles de kilómetros cuadrados", afirmó.

Los datos transmitidos por el Lunar Prospector dan a entender que el hielo se encuentra sólo en las regiones polares.

Feldman calcula que podría haber de 11 millones a 330 millones de toneladas de hielo dispersas a través de 46.620 kilómetros cuadrados del polo norte y 18.640 kilómetros cuadrados del polo sur.

La presencia de agua podría permitir a los astronautas obtener su propio oxígeno y utilizar a la Luna como estación de abastecimiento. El oxígeno del agua podría ser usado para respirar y el hidrógeno podría ser usado como combustible de cohetes.

Se anticipa que el Lunar Prospector seguirá estudiando la Luna el resto del año y que cuando se le acabe el combustible se estrellará en la superficie.

Para los navegantes cibernéticos que quieran seguir día tras día las alternativas de la misión de la Lunar Prospector, la NASA ha dispuesto en la web una página oficial, cuya dirección es http/www.lunar.arc.nasa.gov.

El trampolín

Punto de partida: Mario Acuña, el astrofísico argentino que trabaja en la NASA, señaló a La Nación que la Luna es una escala imprescindible para futuros viajes interplanetarios.

Agua en la luna... Como era de esperar, la noticia se transmitió a la velocidad de la luz por la red electrónica planetaria. Por eso, sorprendimos al doctor Mario Acuña, astrofísico argentino con más de treinta y cinco años en la agencia espacial norteamericana, todavía en medio de la algarabía que siguió a la conferencia de prensa que los responsables de la misión lunar Prospector ofrecieron en el Goddard Space Flight Center.

Mientras impartía instrucciones y atendía diversos requerimientos, el doctor Acuña, investigador principal de la misión en el área de campos magnéticos, accedió gentilmente a aclarar los hechos más relevantes del hallazgo.

-¿Qué evaluación le sugiere este descubrimiento?

-Bueno, usted sabe, como todo científico, somos muy cautelosos, vamos a demorar bastante tiempo en digerirlo... Recuerde que estos son datos obtenidos por espectometría de neutrones, lo que quiere decir que estamos midiendo partículas. No es precisamente como tomar una fotografía y decir: "Ahí está el agua". Lo que se ha observado es que los neutrones sobre los polos de la Luna están siendo modificados por la presencia de hidrógeno. El instrumento nada más detecta hidrógeno.

-¿Y por qué puede inferirse que está también el oxígeno que se necesita para formar agua?

-Porque para mantener el hidrógeno hay que hacerlo de una manera estable, si no se iría instantáneamente. A esas temperaturas, la forma más estable que conocemos es el agua. No puede estar en la superficie porque se hubiera sublimado y evaporado. Tiene que estar en la sombra, y seguramente ha estado allí durante miles de millones de años, porque si no ya se hubiera ido.

-Las cantidades que se están calculando, ¿con qué concentración terrena podrían compararse?

-Justamente recién estábamos discutiendo eso en el pasillo. Es el aspecto sobre el que existe más incertidumbre. Suponiendo una profundidad de hielo de aproximadamente 50 cm, que es la profundidad a la cual el espectrómetro de neutrones puede penetrar, suponemos que existe hielo en una densidad baja, más o menos cuatro litros por metro cúbico de suelo lunar.

-¿Esa cantidad permitiría el asentamiento de astronautas?

-Bueno, ésa es una extrapolación optimista. Lo más alentador es la facilidad con la que se podría extraer el agua del suelo lunar. Lo único que hay que hacer es ponerla en un envase, calentarla un poquito, y ya se sublima instantáneamente y sale del suelo. Pero hay que mover mucho suelo para extraer cuatro litros de agua, y una persona consume -entre bebida e higiene- alrededor de ochenta litros diarios.

-Es decir que, para abastecer un campamento, tendrían que remover kilómetros y kilómetros de suelo...

-Exacto, habría que utilizar máquinas automáticas que trabajen a muy baja temperatura y continuamente. Además, habría que obtener energía para hacer funcionar las máquinas. En principio, la imaginación vuela con el optimismo típico de los primeros descubrimientos, después hay que solucionar las cosas prácticas.

-¿Esta sonda se encuadra en la nueva política de la NASA de misiones más pequeñas?

-Desde el punto de vista científico, siempre hemos tenido una colección de herramientas de todo tamaño. Una de las grandes ventajas del Prospector es que está girando continuamente, no es un satélite estacionario. Es como un trompo con el eje siempre hacia el Norte. Esto hace que la estabilización y el control sean mucho más simples. Entre los artefactos es uno de los más simples. Esa es la gran belleza de estas misiones, que con una cosa simple se pueden hacer grandes descubrimientos.

-A su juicio, ¿qué probabilidades existen de que la Luna se transforme en una base para viajes interplanetarios?

-Es imprescindible. Para poder considerar siquiera salir del sistema solar, la Luna es la parada obligatoria. Porque, si no, no tenemos la suficiente energía para salir de la Tierra con algo directo. Las misiones directas a Marte que se han estado estudiando requieren gigantescos reactores nucleares que no sólo son poco prácticos sino que, además, traerían grandes problemas de contaminación ambiental. En cambio, dado que la gravedad de la Luna es tan leve, podemos acumular cosas allí o explotarlas localmente.

-¿Esto podría modificar los planes de la NASA para los próximos veinte años?

-A muy largo plazo. Porque éste es solamente uno de los tantos elementos que tenemos que solucionar para considerar el viaje a Marte o a otros lugares.

Nora Bär

La primera mujer en mandar en el espacio

WASHINGTON (AP).- La teniente coronel Eileen Collins, la primera mujer en ser piloto de un transbordador espacial, derribó otra barrera sexual ayer al ser designada comandante de una misión espacial norteamericana.

"Hoy celebramos la caída de otra barrera en la campaña norteamericana por conquistar las fronteras del espacio", dijo ayer el presidente Bill Clinton al anunciar la designación.

El administrador de la NASA, Dan Golden, dijo que la misión encabezada por Collins llevará al espacio un telescopio de rayos X.

En el acto durante el cual se anunció su designación, Collins dijo: "Desde que era una niña he soñado con el espacio. He admirado a pilotos, a astronautas y a exploradores de todo tipo. Y fue apenas un sueño mío el de ser uno de ellos algún día, y de gozar de este tipo de oportunidades".

Collins, de 41 años, es teniente coronel de la fuerza aérea. Ha realizado dos vuelos espaciales, uno en 1995 y otro en 1997, y ha estado en línea para ser comandante del transbordador espacial, el cargo de máxima importancia.

Antecedentes

Collins se graduó en 1990 como la segunda mujer en ser piloto de pruebas de la Fuerza Aérea. Ese mismo año fue la primera mujer en ser seleccionada por la NASA como piloto de una nave espacial. Collins tiene una hija de dos años.

La única mujer que ha sido piloto de un transbordador espacial estadounidense es Susan Still.

Solamente hay una mujer más que ha comandado una nave espacial: la cosmonauta soviética Valentina Tereshkova, que en 1963 fue la primera mujer en salir al espacio, donde permaneció tres días en 1963.

 
 
   
 
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